25 de septiembre de 2011

Antidepresivos tricíclicos

Los antidepresivos tricíclicos (ATC, en adelante) fueron desarrollados en el periodo de gloria de la farmacología psiquiátrica, a finales de los años cincuenta del siglo pasado. Periodo de gloria no sólo por el número de grupos de  fármacos desarrollados sino también porque supuso el gran despegue para la farmacia psiquiátrica. Hablamos del periodo que va desde finales de los años 40 y que se ha denominado como "Revolución Psicofarmacológica".

Como ya sucedió con otros fármacos, las propiedades que tienen los ATC sobre el ánimo se descubrieron por casualidad: por aquél entonces se estaba investigando con un grupo de compuestos cuya estructura molecular consistía en tres anillos (de ahí el nombre de tricíclico) , con pacientes esquizofrénicos y que habían demostrado cierta efectividad en la reducción de sintomatología psicótica (por ejemplo, la clorpromacina). Uno de esos compuestos, la imipramina resultó ser completamente ineficaz en la reducción de esa sintomatología psicótica.Sin embargó se observó que tenía ciertas propiedades sobre el ánimo bajo de alguno de estos pacientes. En este momento es cuando aparece, podríamos decir, el primer ATC.

Una reflexión que me gustaría hacer, aunque ya la hice en otra entrada (ver conclusiones): como puede observar el lector, el fármaco no se desarrolla a partir de una investigación científica sobre la base de la química cerebral. Sino que, de casualidad, se observan una serie de efectos que produce el fármaco y a partir de ahí se hipotetizan las bases moleculares en las que se apoya dicho estado de ánimo. Esto ha sido así duramente mucho tiempo con lo que ello ha conllevado para el desarrollo de teorías biológicas de problemas que no son médicos, sino psicológicos. Con el desarrollo, en los últimos años, de los métodos y técnicas de investigación cabe decir que, en parte, esta situación ha variado.


                                   Estructura molecular de la Imipramina.Tres anillos. Imagen: wikipedia

 
Tras observar que estos compuestos tres anillos tenían ciertos efectos sobre el estado de ánimo, se descubrió que sus propiedades, básicamente, consistían en bloquear las bombas de recaptación de la serotonina y la noradrenalina. Es decir, como recordará a estas alturas el lector, esta recaptación supone que habrá más disponibilidad de serotonina y noradrenalina en el espacio intersináptico.

Sin embargo, y para bajar el júbilo de aquéllos que os penséis que hemos descubierto la madre del cordero del tratamiento farmacológico de la depresión, ahora vienen las peculiaridades que tienen los distintos compuestos tricíclicos.

A sabiendas de que el efecto prototípico de los ATC es impedir la recaptación de 5-HT y NA, sabemos que cada compuesto tiene más afinidad por unas bombas de recaptación que por otras. Por ejemplo, la clomipramina es más selectiva inhibiendo la bomba de recaptación de la serotonina; la desipramina y la nortriptilina son más potentes inhibiendo la bomba de recaptación de la noradrenalina que de la serotonina. No obstante, la inmensa mayoría, en mayor o menor medida, bloquean las bombas de recaptación de las dos.

Siendo estas las principales acciones de estos fármacos (principales en cuanto a efectos antidepresivos se refiere), aun existen otros mecanismos de acción que, en teoría, explicarían la mayoría de los efectos secundarios derivados de su uso. Los ATC, además de inhibir la recaptación de 5-HT y NA, antagonizan los receptores muscarínicos de la acetilcolina (Ach), antagonizan los receptores H1 de la histamina y antagonizan los receptores alpha1 de la adrenalina.

¡Que no cunda el pánico! No nos hemos olvidado que esto es una serie para Dummies. Es fácil de entender: el fármaco se coloca en los receptores muscarínicos, H1 y alpha 1 impidiendo que sus neurotransmisores naturales (acetilcolina, histamina y adrenalina, respectivamente) puedan hacer su trabajo, esto es, mandar sus correspondientes mensajes a la neurona postsináptica. 

Funcionalmente, esto tiene una serie de implicaciones que pasamos a comentar:

- Bloquear los receptores adrenérgicos alpha 1, explicaría los mareos y la hipotensión ortostática que estos fármacos suelen ocasionar.

- Bloquear los receptores colinérgicos muscarínicos, explicaría la sequedad de boca, el estreñimiento, la visión borrosa y la retención urinaria que estos fármacos suelen ocasionar.

- Bloquear los receptores histamínicos H1, podría explicar la sedación y la ganancia de peso que estos fármacos suelen ocasionar.


En resumen para lo que aquí nos interesa: hoy en día se piensa que los efectos terapéuticos de los ATC vendría producidos por la inhibición de las bombas de recaptación (o transportadores) de la NA y la 5-HT, y los efectos secundarios podrían explicarse por la acción que tiene estos fármacos sobre los receptores colinérgicos, muscarínicos y adrenérgicos.


                                               Amitriptilina


Existen muchos compuestos que forman parte del grupo de Antidepresivos Tricíclicos. Un grupo que, aun hoy, siendo fármacos de elección por parte de algunos médicos de atención primaria y psiquiatras. Algunos de estos compuestos, son:

- Clomipramina                                       
- Imipramina                                             
- Amitriptilina
- Nortriptilina
- Protriptilina
- Maprotilina
- Amoxapina
- Doxapina
- Desipramina
- Trimipramina

Para cerrar esta entrada (menudo tostón hemos soltado hoy al lector), nos gustaría señalar algunas características de estos fármacos, sin entrar a desarrollarlas profundamente:

1. Son fármacos con una vida media bastante larga: 10-70 horas. Esto permite que su administración sea de una vez al día.

2. Los efectos terapéuticos suelen tardar de 7 a 14 días, a pesar de que se ha visto que la recaptación se produce en cuanto el fármaco se disuelve en la sangre.

3. Los márgenes entre la dosis activa y la dosis letal es ciertamente estrecho. Por ello, conviene seguir a rajatabla las pautas del profesional que lo haya recetado.

4. Presentan mucho potencial para interaccionar de forma negativa y con alto riesgo para la vida y la salud, con muchos fármacos - legales o ilegales- : desde antidepresivos IMAO, hasta drogas ilícitas de tipo estimulante como las anfetaminas.

Hasta la próxima.

17 de septiembre de 2011

Antidepresivos IMAOs

Seguimos con la serie que habíamos dejado apartada por un momento para hablar, inevitablemente, acerca de "Hedonimo Sostenible" de E.Hidalgo. Un libro en el que vuelvo a insistir acerca de la necesidad de hacerle una lectura, ya se sea partidario o enemigo de la llamada "Guerra contra las Drogas".

En la entrada de hoy, nos vamos a ocupar de los antidepresivos más antiguos que existen y por qué no decirlo ya, seguramente los potencialmente más peligrosos a pesar de que en los últimos años se ha conseguido rebajar este grado de peligrosidad: los inhibidores de la monoamino-oxidasa ó IMAOs

Antes de entrar en temática, el lector debería recordar que la monoamina-oxidasa es una enzima cuya función principal en el tema que nos ocupa es la de destruir los neurotransmisores aminérgicos. ¿Recuerdan? . Esto tendría una lógica apoyada en la hipótesis monoaminérgica que comentábamos en la entrada anterior: a más aminas en los espacios interneurales menos depresión, y viceversa.

Existen dos subtipos de MAO: la denominada MAO-A y la denominada MAO-B. La primera de ellas, se encarga de metabolizar la serotonina y la noradrenalina. La MAO-B metaboliza la fenetilamina y convierte algunos sustratos aminérgicos en toxinas. Las dos metabolizan la dopamina.

El mecanismo de acción de los IMAOs es bastante sencillo de comprender : si en teoría lo que se pretende es que haya más neurotransmisores aminérgicos (5-HT, DA y Na, principalmente) enviando sus mensajes, la lógica sugiere que si se inhibe la enzima encargada de destruir parte (recordemos que hay otros mecanismos de metabolización : más enzimas, transportadores ó bombas de recaptación...) de estos neurotransmisores habrá mayor disponibilidad de estos.

En su origen, todos los fármacos IMAOs eran irreversibles y no selectivos. Es decir, inhibían de por vida la enzima -y los dos subtipos- destruyéndola, de manera que la función que cumplía esta no volvía a estar operativa hasta que se volvía a crear una nueva MAO. Como ya comentaremos más adelante, esto era una fuente de problemas ya que la MAO está implicada en la destrucción de otros elementos tales como la tiramina, una amina que se encuentra en muchos alimentos y cuyos efectos van desde dolores de cabeza hasta subidas de la presión arterial. Por tanto, como ya adelantará el lector, destruir la enzima que se encarga a su vez de destruir esta monoamina puede resultar en muchos casos peligroso para el organismo, principalmente por el riesgo de sufrir una crisis hipertensiva con resultados poco agradables.

Con el paso del tiempo se desarrollaron los IMAOs reversibles y selectivos. Los IRMA (Inhibidores Reversibles de la MAO-A) y los inhibidores selectivos de la MAO-B. Cabe decir, que la inhibición de la MAO-A está asociada a los efectos antidepresivos y al riesgo de sufrir crisis hipertensivas, mientras que la inhibición de la MAO-B está asociada a la prevención de algunos procesos neurodegenerativos.


- Inhibidores de la monoamina-oxidasa - 

IMAOs clásicos e irreversibles:

- Fenelcina
- Tranilcipromina 
- Isocarboxácida.

IRMAs:

- Moclobemida

Inhibidores selectivos de la MAO-B:

- Selegilina






Para terminar con la entrada, haremos referencia al riesgo de crisis hipertensiva derivada del consumo de ciertos alimentos mientras se está en tratamiento con IMAOs - principalmente irreversibles-. 

Este siempre ha sido uno de los riesgos a los que se enfrentaban los pacientes. En cualquier caso, se ha visto bastante reducido tras la introducción de los IMAOs reversibles. En estos casos, cuando hay una elevada concentración de tiramina proveniente del alimento, o incluso de noradrenalina favorecida por ésta última, la enzima puede liberarse del IMAO con la consiguiente recuperación de su función que no es otra que metabolizar, en este caso, la tiramina y la NA. De esta manera, el riesgo de crisis hipertensiva queda considerablemente reducida. 

Fue un gran avance ya que la lista de alimentos con presencia de tiramina es bastante elevada. A saber:

- Vino tinto, Chianti* y cerveza
- Quesos curados
- Conservas de pescado o carne, escabeches, adobos y ahumados 
- Patés de hígados y foie-gras 
- Hígado
- Embutidos fermentados
- Caracoles 
- Setas Habas
- Plátanos, Aguacates
-Arenques
-Caviar 
-Concentrados de carne Chocolates

Medicamentos con probable interacción con los IMAOs:

-Antigripales 
-Descongestionantes nasales 
-Antipiréticos 
-Anestésicos locales