Los antidepresivos tricíclicos (ATC, en adelante) fueron desarrollados en el periodo de gloria de la farmacología psiquiátrica, a finales de los años cincuenta del siglo pasado. Periodo de gloria no sólo por el número de grupos de fármacos desarrollados sino también porque supuso el gran despegue para la farmacia psiquiátrica. Hablamos del periodo que va desde finales de los años 40 y que se ha denominado como "Revolución Psicofarmacológica".
Como ya sucedió con otros fármacos, las propiedades que tienen los ATC sobre el ánimo se descubrieron por casualidad: por aquél entonces se estaba investigando con un grupo de compuestos cuya estructura molecular consistía en tres anillos (de ahí el nombre de tricíclico) , con pacientes esquizofrénicos y que habían demostrado cierta efectividad en la reducción de sintomatología psicótica (por ejemplo, la clorpromacina). Uno de esos compuestos, la imipramina resultó ser completamente ineficaz en la reducción de esa sintomatología psicótica.Sin embargó se observó que tenía ciertas propiedades sobre el ánimo bajo de alguno de estos pacientes. En este momento es cuando aparece, podríamos decir, el primer ATC.
Una reflexión que me gustaría hacer, aunque ya la hice en otra entrada (ver conclusiones): como puede observar el lector, el fármaco no se desarrolla a partir de una investigación científica sobre la base de la química cerebral. Sino que, de casualidad, se observan una serie de efectos que produce el fármaco y a partir de ahí se hipotetizan las bases moleculares en las que se apoya dicho estado de ánimo. Esto ha sido así duramente mucho tiempo con lo que ello ha conllevado para el desarrollo de teorías biológicas de problemas que no son médicos, sino psicológicos. Con el desarrollo, en los últimos años, de los métodos y técnicas de investigación cabe decir que, en parte, esta situación ha variado.
Estructura molecular de la Imipramina.Tres anillos. Imagen: wikipedia
Tras observar que estos compuestos tres anillos tenían ciertos efectos sobre el estado de ánimo, se descubrió que sus propiedades, básicamente, consistían en bloquear las bombas de recaptación de la serotonina y la noradrenalina. Es decir, como recordará a estas alturas el lector, esta recaptación supone que habrá más disponibilidad de serotonina y noradrenalina en el espacio intersináptico.
Sin embargo, y para bajar el júbilo de aquéllos que os penséis que hemos descubierto la madre del cordero del tratamiento farmacológico de la depresión, ahora vienen las peculiaridades que tienen los distintos compuestos tricíclicos.
A sabiendas de que el efecto prototípico de los ATC es impedir la recaptación de 5-HT y NA, sabemos que cada compuesto tiene más afinidad por unas bombas de recaptación que por otras. Por ejemplo, la clomipramina es más selectiva inhibiendo la bomba de recaptación de la serotonina; la desipramina y la nortriptilina son más potentes inhibiendo la bomba de recaptación de la noradrenalina que de la serotonina. No obstante, la inmensa mayoría, en mayor o menor medida, bloquean las bombas de recaptación de las dos.
Siendo estas las principales acciones de estos fármacos (principales en cuanto a efectos antidepresivos se refiere), aun existen otros mecanismos de acción que, en teoría, explicarían la mayoría de los efectos secundarios derivados de su uso. Los ATC, además de inhibir la recaptación de 5-HT y NA, antagonizan los receptores muscarínicos de la acetilcolina (Ach), antagonizan los receptores H1 de la histamina y antagonizan los receptores alpha1 de la adrenalina.
¡Que no cunda el pánico! No nos hemos olvidado que esto es una serie para Dummies. Es fácil de entender: el fármaco se coloca en los receptores muscarínicos, H1 y alpha 1 impidiendo que sus neurotransmisores naturales (acetilcolina, histamina y adrenalina, respectivamente) puedan hacer su trabajo, esto es, mandar sus correspondientes mensajes a la neurona postsináptica.
Funcionalmente, esto tiene una serie de implicaciones que pasamos a comentar:
- Bloquear los receptores adrenérgicos alpha 1, explicaría los mareos y la hipotensión ortostática que estos fármacos suelen ocasionar.
- Bloquear los receptores colinérgicos muscarínicos, explicaría la sequedad de boca, el estreñimiento, la visión borrosa y la retención urinaria que estos fármacos suelen ocasionar.
- Bloquear los receptores histamínicos H1, podría explicar la sedación y la ganancia de peso que estos fármacos suelen ocasionar.
En resumen para lo que aquí nos interesa: hoy en día se piensa que los efectos terapéuticos de los ATC vendría producidos por la inhibición de las bombas de recaptación (o transportadores) de la NA y la 5-HT, y los efectos secundarios podrían explicarse por la acción que tiene estos fármacos sobre los receptores colinérgicos, muscarínicos y adrenérgicos.
Amitriptilina
Existen muchos compuestos que forman parte del grupo de Antidepresivos Tricíclicos. Un grupo que, aun hoy, siendo fármacos de elección por parte de algunos médicos de atención primaria y psiquiatras. Algunos de estos compuestos, son:
- Clomipramina
- Imipramina
- Amitriptilina
- Nortriptilina
- Protriptilina
- Maprotilina
- Amoxapina
- Doxapina
- Desipramina
- Trimipramina
Para cerrar esta entrada (menudo tostón hemos soltado hoy al lector), nos gustaría señalar algunas características de estos fármacos, sin entrar a desarrollarlas profundamente:
1. Son fármacos con una vida media bastante larga: 10-70 horas. Esto permite que su administración sea de una vez al día.
2. Los efectos terapéuticos suelen tardar de 7 a 14 días, a pesar de que se ha visto que la recaptación se produce en cuanto el fármaco se disuelve en la sangre.
3. Los márgenes entre la dosis activa y la dosis letal es ciertamente estrecho. Por ello, conviene seguir a rajatabla las pautas del profesional que lo haya recetado.
4. Presentan mucho potencial para interaccionar de forma negativa y con alto riesgo para la vida y la salud, con muchos fármacos - legales o ilegales- : desde antidepresivos IMAO, hasta drogas ilícitas de tipo estimulante como las anfetaminas.
Hasta la próxima.