31 de octubre de 2011

Inhibidores selectivos de la recaptación de noradrenalina

Como el lector recordará, en su día ya hablamos de un grupo de fármacos que inhibían la recaptación de noradrenalina (NA) de forma más preferente que la recaptación de serotonina: son los llamados Antidepresivos tricíclicos.

Entonces, ¿qué sentido tiene desarrollar nuevos fármacos con un mecanismo de acción consistente de nuevo en la inhibición de la recaptación de noradrenalina? Sencillo: como se recordará, los ATC no solo inhibían la recaptación de NA y serotonina (5-HT) como acción principal, sino que además tenían varias acciones sobre receptores adrenérgicos, colinérgicos y muscarínicos. Algo que se traducía en un abanico de efectos secundarios bastante desagradables para el paciente.

Pues bien, estos nuevos fármacos - cuyo prototipo es la reboxetina - suponen una mejora en este sentido, pues su mecanismo de acción consiste principalmente en la inhibición selectiva de la recaptación de NA.

Las potenciales indicaciones terapéuticas que giran en torno a este fármaco, van desde el síndrome de fatiga crónica hasta problemas relacionados con la lentitud cognitiva, pasando por supuesto por los episodios depresivos agudos.

De la misma forma que sucede con los ISRS, tanto los efectos terapéuticos los IRNA así como sus efectos secundarios estarían mediados por su acción en las diferentes vías cerebrales de la noradrenalina.

Echemos un ojo a estas vías:



Algunas evidencias apuntan a que las acciones antidepresivas de estos fármacos se deben a su acción (recordemos, inhibiendo la recaptación de NA) sobre la vía noradrenérgica que va desde el locus coeruleus a la corteza frontal. Además, afinando un poco más el estado de las cosas, parece ser que el receptor noradrenérgico más implicado en estos efectos antidepresivos sería el receptor postsináptico beta 1. 

De la misma forma, los efectos secundarios están mediados por varios tipos de receptores noradrenérgicos pre y postsinápticos. Y tal y como sucedía con los ISRS, estos efectos secundarios son más probables al inicio del tratamiento tras la administración aguda del fármaco. Cuando los receptores que median en ellos, se regulan a la baja* estos efectos desagradables tienden a desaparecer:

- La activación de los subreceptores postsinápticos beta 1, en el cerebro y en el SNA simpático, pueden provocar temblor y activación motora.

- La activación de los receptores noradrenérgicos en el sistema límbico, puede causar agitación.

- La estimulación de los receptores noradrenérgicos en los centros cardiovasculares del tronco cerebral y de la médula espinal, puede provocar cambios en la presión arterial.

Estos son solo un ejemplo. Y al igual que comentábamos en la entrada anterior, el objetivo no es resaltar los efectos secundarios, sino explicar por qué receptores estarían mediados.

Y tal y como hicimos al hablar de los ISRS, sería conveniente volver a recordar que todo esto ocurre como resultado de una acción del fármaco global y no en unas vías deseables.


Antes de acabar con la entada, nos gustaría lanzar una pregunta al aire: ¿Qué subyace a la administración bien de un antidepresivo tipo ISRS, bien a la administración de un IRNA? Consultando fuentes especializadas encuentro el siguiente comentario con el que se puede responder - siempre a medias- la pregunta, y con el que cierro la presente entrada: 

"Aunque la norepinefrina y la serotonina tienen funciones coincidentes en la regulación del estado de ánimo, el hipotético síndrome de deficiencia noradrenérgica no es idéntico al hipotético síndrome de deficiencia serotoninérgica. Por otra parte, no todos los pacientes con depresión responden a un ISRS ni todos responden a un IRN selectivo (...) . Además, muchos pacientes que responden a los bloqueadores de la recaptación de serotonina no experimentan una remisión completa, y parece que su estado de ánimo haya mejorado pero que presenten un permanente síndrome de deficiencia noradrenérgica, lo que a veces se denomina respuesta apática a los ISRS". (Stahl, 2009).


Hasta la próxima entrada.





* Regulación a la baja: es una posible respuesta de la neurona tras la administración repetida de una sustancia psicoactiva. En este caso, lo que hace es disminuir el número de determinados receptores. Por tanto, a menos receptores menores efectos 



Bibliografía:

- Reboxetina:
www.eutimia.com/psicofarmacos/antidepresivos/reboxetina.htm


- Stahl, S.M: "Psicofarmacología esencial: bases neurocientíficas y aplicaciones clínicas". Ariel Neurociencia. 2ª ed. 2009.


No hay comentarios:

Publicar un comentario