1 de julio de 2012

Estrés y Sistema Inmune


La Psiconeuroinmunología (PNI) es la disciplina científica que se encarga de estudiar las relaciones entre la conducta, el sistema neuroendocrino y el sistema inmunológico. Podríamos asegurar que es, de alguna manera, la heredera directa de aquélla Medicina Conductual que consiguió aglutinar con objetivos compartidos, a científicos de la conducta (psicólogos) y médicos de muy diversas especialidades.

Existen muchas formas por las cuales la conducta cambia parámetros biológicos, tales como el balance hormonal o la producción de anticuerpos. Ejemplos de ello son la alimentación o el deporte, formas de conducta que tienen una interrelación importante con hormonas y Sistema Inmune. El consumo de drogas, habitar en ambientes contaminados o interaccionar en contextos con un alto nivel de exigencia serían otros ejemplos.

En este último caso, una consecuencia común sería la aparición de estrés, un elemento al que vamos a dedicarle esta entrada por ser uno de los aspectos más abordados desde la PNI y que nos permite observar cómo son las interrelaciones entre los sistemas que comentábamos en el primer párrafo: lo psicológico o conductual, lo endocrino y lo inmunológico.

Pero lo primero es saber qué es el estrés. Muchas definiciones de estrés hacen referencia a que la persona tiene que percibir - ante una situación altamente demandante - que no dispone de habilidades o que estas no son suficientes para afrontar dicha situación. Estas mismas definiciones suelen ser además las que diferencian entre estrés físico y psicológico, cuando esta distinción no tiene ni cabida ni justificación: el organismo es uno, y las consecuencias o factores ambientales con los que interrelaciona le afectan como un todo que es.

Desde aquí, queremos sacar de esa definición la palabra percibir, ya que no consideramos que el sujeto tenga necesariamente que percibir la situación de una determinada manera para que exista una respuesta de estrés. De nuevo, la observación diaria nos permitir ver a personas que, aun con un grosso importante de tareas y demandas, no saben parar y están seguras de que pueden con la situación. En este caso, no existe percepción de que la situación sea estresante y, sin embargo, existe respuesta de estrés.

Por tanto, vamos a proponer que el estrés sea entendido como una respuesta normal del organismo que aparece frente a estímulos aversivos, o bien cuando las demandas ambientales son mas, altas en interacción, que las competencias del sujeto (adquiridas durante toda su historia de aprendizaje) , provocando, como consecuencia, una serie de respuestas fisiológicas y psicológicas que se relacionan entre sí. Éstas consecuencias, pueden verse incrementadas o reducidas en función de la percepción que tenga el sujeto tanto de sus capacidades de afrontamiento, como de la situación aversiva. Pero. en ningún caso, tiene por qué ser determinante.   

Cuando nos relacionamos con eventos estresantes, que van desde la realización de tareas físicas exigentes hasta duelos por la pérdida de un ser querido, pasando por eventos que amenazan nuestro futuro, se activa la respuesta fisiológica del estrés: una compleja reacción que implica distintos sistemas, entre ellos el Sistema Nervioso Central y el Sistema Neuroendocrino, que como comentábamos interactúan entre sí.

No es el objetivo de esta entrada describir todo el circuito de interacciones entre sistemas biológicos que supone la respuesta de estrés. Por el contrario, vamos a centrarnos exclusivamente en las interacciones entre el SNC y el S.Neuroendocrino con el S.Inmune.



Ante un evento estresante, el Hipótálamo a través de la Hipófisis inicia una cascada de cambios y reacciones en el organismo (D´Oracio,2007) :

1. Activación del S.N Autónomo: controla una gran variedad de sistemas corporales que se activan - mediante la liberación de adrenalina y noradrenalina- de forma muy rápida (el sistema gástrico, cardiovascular, renal, pulmonar y endocrino). Uno de los efectos, sobre el Sistema Inmune, de la aparición de adrenalina es el el aumento de producción de Linfocitos T supresores cuya función es inhibir la activación del SI.

2. Liberación de neurotransmisores y neurohormonas, tales como Encefalinas y Hormona adenocorticotropa (ACTH). Las funciones principales de las primeras está relacionadas con su modulación el dolor, algo con un gran sentido evolutivo al hablar de eventos estresantes. A su vez, la endorfinas también tienen efectos sobre el SI suprimiendo la actividad citotóxica de las células NK y suprimiendo también la producción de Linfocitos T en las mucosas.

Respecto a la ACTH, su importancia radica en la liberación de glucocorticoides unas moléculas con cierto protagonismo en la respuesta del estrés. Para empezar, los glucocorticoides (cortisol, cortisona y corticosterona) tienen la función especial de movilizar recursos energéticos del organismo. Sin embargo, cuando los periodos de estrés son prolongados su efecto sobre distintas partes del mismo es bastante pernicioso. En relación con el SI, su función principal es la antinflmatoria e inmunosupresora.

Los glucocorticoides inhiben muchas funciones de los leucocitos, suprimen la inmunidad celular (linfocitos Th1), modulan la respuesta de fiebre y suprimen, entre otras cosas, la activación inmunológica. Por ello, someter al organismo a periodos continuados de estrés puede suponer un factor importante para la adquisición de enfermedades.

3. Sistema Endocrino:

a. En el Eje Reproductivo, se produce una inhibición general. Entre otras cosas, glándulas gonadales (ovarios y testículos) presentan más resistencia a hormonas sexuales. Además, periodos prolongados de estrés, reducen la producción de testosterona y hormona leutinizante (LH) en hombres, y amenorrea e hipogonadismo en mujeres.

b. En el Eje de crecimiento, periodos prolongados de estrés pueden reducir la secreción de hormona de crecimiento (GH), mediatizada por la acción de glucocorticoides. Cabria considerar esta cuestión, en el caso de niños y niñas que viven en contextos sumamente aversivos o desestructurados.

c. En el Eje metabólico, periodos prolongados de estrés inhiben la producción de la hormona liberadora de tiroxina (TRH), de hormona estimuladora de la tiroides (TSH) y triyodotironina (T3). Todas ellas hormonas tiroideas, cuyo papel es central en la regulación del eje al que nos estamos refiriendo.

4. Sistema inmune: por último, observemos algunos efectos en el Sistema Inmune que se han relacionado con periodos prolongados de estrés:

- Glucocorticoides: inhiben la función de leucocitos, suprimen la inmunidad celular (Th1), estimulan la apoptosis de eosinófilos y ciertos grupos de células T y, como ya adelantamos, regulanla respuesta de fiebre y suprimen la activación inmunológica.

- POMC:  es la responsable de liberar algunos de sus derivados, tales como ACTH, que posee propiedades inflmatorias; β-endorfinas, que poseen efecto analgésico e inmunoregulatorio; y α- MSH  ,  que tiene efecto antiinflamatorio .

- Catecolaminas: estimulan el incremento de interleucina-6 (IL-6), una molécula con acciones proinflamatorias y antinflamatorias, y a la que se ha relacionado con ciertas enfermedades autoinmunes (Saavedra, et. al, 2011).

- CRH tisular: estimula la producción de Linfocitos-T, la secreción de interleucina-2 (IL-2), IL-6 e IL-1, contraresta el efecto antinflamatorio de los glucocorticoides  y retiene a los macrófagos en el lugar de la inflamación.

- Sustancia P: liberada por eosinófilos y terminaciones nerviosas, está implicada en la percepción del dolor (potenciándolo).

- Prolactina: favorece la expresión de receptores para IL-2 en los propios linfocitos.

- Interleuquinas: las principales son algunas que ya han aparecido a lo largo de la entrada (IL-1, IL-6, y el TMF-α).  Intervienen en procesos como la fiebre y en la falta de apetito, influyen sobre los glucocorticoides para evitar sus acciones sobre los linfocitos...


Como el lector observará, el tema muy complejo. Aun así, esperamos haber aportado algo de claridad al asunto.

Gracias por seguirnos.


BIBLIOGRAFÍA:

- D´Oracio Quintero, A.: Psiconeuroinmunología y Estrés. Centro de Investigaciones Psicológicas. 2007.

- Saavedra Ramírez, P.G.; Vázquez Duque,G.M; González Naranjo, L.A: Interleucina-6:¿amiga o enemiga? Bases para conocer su utilidad como objetivo terapéutico. Iatreia vol. 24. 2011.


4 comentarios:

  1. Lo que no queda nada claro es lo que querías contar.
    ¿Qué era en concreto? Porque parecen más unos apuntes que una exposición concluyente, o al menos arriesgada que se atreva a opinar algo más que sobre la evidente complejidad del s.endocrino.

    Como diría un inglés: what was the point here?

    Por un lado se inicia con un nivel de facilidad para que un profano lo entienda que rápidamente se ve tornado en un galimatías difícil de seguir y sin un final.

    Pero es sólo la opinión de un profano, aficionado a la divulgación pero no más.

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    1. Hola Chemari,

      Primeramente, muchas gracias por haberte detenido un momento a leer la entrada. Recojo gustoso tu crítica, y lo tendré presente para futuras entradas.

      Sin embargo, el objetivo de esta entrada simplemente era concretar las relaciones entre el estrés, el SI y otros sistemas. Esperamos completar este nivel que es, como dices, meramente descriptivo, con algo más en futuras entradas.

      Muchas gracias de nuevo.

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  2. Hola
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  3. Hola, me interesa esta referencia: D´Oracio Quintero, A.: Psiconeuroinmunología y Estrés. Centro de Investigaciones Psicológicas. 2007.
    Pero no la encuentro por ningún lado, puedes citarla de forma más completa o pasarme un enlace? Gracias.

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